Madagascar inaugura el teleférico de Antananarivo: un salto adelante ecológico y urbano
Antananarivo, la bulliciosa capital de Madagascar, una ciudad grabada en la costa sudoriental de África, está experimentando una transformación significativa en su panorama de movilidad urbana. Para una ciudad que lidia con las presiones de una población en constante crecimiento, que ya supera los tres millones de habitantes en un espacio originalmente diseñado para una décima parte de esa cifra, la lucha diaria contra la congestión del tráfico se ha convertido en una característica definitoria. El sistema de transporte público existente, basado principalmente en taxis colectivos, ha tenido dificultades para mantenerse al ritmo de las crecientes demandas, lo que genera trayectos prolongados, ineficiencias económicas y una notable disminución de la calidad del aire. En respuesta a estos desafíos urgentes, el gobierno de Madagascar ha emprendido una ambiciosa obra de infraestructuras: el sistema urbano de teleférico de Antananarivo. Este proyecto pionero, compuesto por dos líneas diferenciadas —la Línea Verde y la Línea Naranja—, representa un paso audaz hacia la introducción de un modo de transporte público moderno, eficiente y respetuoso con el medio ambiente en el corazón de la nación.
El Génesis de una Solución Elevada: Abordando la Crisis de Movilidad de Antananarivo
El origen del proyecto del teleférico de Antananarivo se remonta al creciente reconocimiento de la urgencia de encontrar una solución sostenible y eficaz para los crónicos problemas de tráfico de la capital. En una ciudad donde el residente medio pasa hasta dos horas diarias atrapado en atascos o realizando agotadores desplazamientos a pie, la introducción de un modo de transporte alternativo se volvió imprescindible. La orografía accidentada e irregular de Antananarivo complica aún más las soluciones de transporte terrestres tradicionales, haciendo que un sistema elevado como el teleférico sea una opción lógicamente sensata.
La visión de este proyecto transformador fue impulsada por el presidente malgache Andry Rajoelina, quien reconoció el potencial de un sistema de teleférico no solo para aliviar la congestión, sino también para posicionar a Madagascar como líder en soluciones de transporte innovadoras y sostenibles en el continente africano. Los objetivos fundamentales del proyecto son múltiples: reducir significativamente la congestión que paraliza la ciudad, acortar sustancialmente los tiempos de desplazamiento diario de sus residentes y contribuir a una mejora notable de la calidad ambiental urbana mediante la reducción de emisiones de vehículos.
Los primeros estudios de viabilidad los llevó a cabo POMA, un reconocido fabricante francés de teleféricos, que evaluó la viabilidad y las rutas óptimas para la red. Las rutas propuestas para la Línea Verde y la Línea Naranja fueron posteriormente refinadas y finalizadas por los responsables políticos, demostrando un enfoque colaborativo en la planificación e implementación del proyecto. Esta fase de planificación meticulosa subraya el compromiso de garantizar que el sistema de teleférico responda eficazmente a las necesidades específicas de los diversos barrios de Antananarivo.
Financiando el Ascenso: Una Colaboración Internacional
La magnitud y la ambición del proyecto del teleférico urbano de Antananarivo requieren una inversión financiera considerable. El coste total de la construcción de esta innovadora red de transporte ascendió a 152 millones de euros. Asegurar la financiación necesaria para un proyecto de tal envergadura requirió colaboración y asociaciones financieras internacionales. La principal fuente de financiación es un préstamo bancario, cuyo reembolso está garantizado por la Banque Publique d’Investissement, un banco francés de inversión del sector público. Esta garantía destaca el sólido respaldo financiero y la confianza depositada en el éxito del proyecto.
Además, una parte significativa de la financiación, 28 millones de euros, se obtuvo a través de un préstamo del Tesoro francés. Esta contribución directa del gobierno francés subraya el acuerdo interestatal entre Francia y la República de Madagascar, consolidando la naturaleza colaborativa de esta obra de infraestructuras. Esta asociación internacional no solo proporcionó los recursos financieros cruciales, sino también la pericia técnica necesaria para ejecutar con éxito un proyecto de ingeniería tan complejo. La implicación de empresas francesas como POMA y Colas en la construcción ejemplifica aún más esta colaboración.
La Línea Verde: Conectando Anosy y Ankatsoa
La “Línea Verde” del sistema de teleférico de Antananarivo es un componente clave de la red, diseñada específicamente para crear un enlace vital de transporte entre los barrios de Anosy y Ankatsoa. Anosy es sin duda un distrito central y de alta actividad en Antananarivo, que alberga zonas comerciales, administrativas o culturales. Ankatsoa, por su parte, representa un área más residencial o con orografía difícil que dificulta el acceso por transporte terrestre tradicional. La conexión directa que ofrece la Línea Verde mejorará de forma notable la rapidez y la comodidad de los desplazamientos entre estos dos puntos clave de la ciudad.
Aunque las ubicaciones exactas de todas las estaciones de la Línea Verde no se detallan explícitamente, la red urbana de teleférico, que incluye ambas líneas, contará con un total de doce estaciones estratégicamente distribuidas por Antananarivo. Estas estaciones se diseñan para maximizar la accesibilidad y la eficacia del sistema, al servicio de una amplia variedad de usuarios en distintos barrios.
En la fase de planificación, la ruta inicial de la Línea Verde sufrió ajustes importantes. Estas modificaciones incluyeron la decisión de desviar el trazado para evitar pasar sobre el Collège Saint Michel en Amparibe y la catedral de Andohalo, probablemente en respuesta a preocupaciones de estas instituciones o de la comunidad local. Además, el distrito de negocios de Antaninarenina se incorporó al área de servicio, con el fin de mejorar la utilidad del sistema para los profesionales y apoyar la actividad económica en este núcleo comercial.
La Línea Verde está diseñada para ofrecer un trayecto rápido y eficiente, con un tiempo estimado de viaje de solo 10 minutos entre Anosy y Ankatsoa. Esto supone una reducción drástica de los tiempos de desplazamiento en comparación con las opciones viarias actuales, a menudo afectadas por severos atascos.
Una Red de Eficiencia: Capacidad y Cobertura
La red urbana de teleférico de Antananarivo, de la cual la Línea Verde es parte esencial, presenta especificaciones pensadas para gestionar un elevado volumen de pasajeros. El sistema abarca aproximadamente 12–13 kilómetros y cuenta con doce estaciones. Su capacidad de transporte es de entre 2.200 y 2.800 pasajeros por hora en cada dirección, lo que se traduce en un volumen diario estimado de 40.000 a 75.000 pasajeros, subrayando su potencial impacto en los patrones de movilidad.
El teleférico emplea alrededor de 300 góndolas modernas, cada una con capacidad para diez personas. Esta combinación permite un alto flujo de pasajeros. Además, el sistema operará en un horario amplio, de 12 a 16 horas diarias, comenzando a las 5:00 AM para adaptarse a distintas necesidades de desplazamiento.
Avances y Perspectivas Futuras: Inauguración y Más Allá
La construcción del proyecto ha avanzado de forma constante, con hitos destacados. Aunque se proyectó iniciar las obras en junio de 2022 con un plazo de 24 meses, el primer paso real se dio el 21 de junio de 2024, con la inauguración oficial de la primera sección del teleférico. Este acto, presidido por Andry Rajoelina y autoridades malgaches y francesas, marcó un momento histórico para el transporte urbano local.
Durante junio de 2024, antes y después de la inauguración, se llevaron a cabo rigurosas pruebas de seguridad en el sistema, comprobando frenos y sensores en la línea y las estaciones, esenciales para garantizar su fiabilidad antes de abrirlo al público.
A pesar de estos avances, el teleférico aún no está operativo para los ciudadanos. Se prevé que el servicio público comience en algún momento de 2025. Este despliegue escalonado permite completar la formación del personal, ultimar infraestructuras y resolver posibles incidencias antes del lanzamiento oficial.
Retos y Percepción Pública: Asequibilidad y Opiniones
Aunque el proyecto supone un avance sin precedentes, ha generado debates sobre su percepción pública y posibles desafíos. Una de las principales inquietudes es el coste del billete, en torno a 1 € (unos 80 céntimos), aproximadamente seis veces más que un billete de autobús. Este precio podría resultar inasequible para gran parte de la población, dado el nivel del salario mínimo en Madagascar, lo que limitaría su adopción y efecto transformador.
Asimismo, algunos residentes creen que el gobierno debería haber priorizado problemas más inmediatos, como el suministro de agua o los cortes de electricidad, antes de invertir en el teleférico. Estos argumentos reflejan una posible discrepancia entre la visión a largo plazo del gobierno y las necesidades urgentes de ciertos sectores.
Para paliar el problema de asequibilidad, el gobierno planea tarifas subvencionadas para estudiantes y pensionistas, buscando hacer el servicio más accesible. El presidente Rajoelina defiende con vehemencia el proyecto, recordando la inicial controversia en torno a la Torre Eiffel en París, y subrayando que los proyectos visionarios suelen afrontar resistencia antes de consolidarse como símbolos de progreso.
Conclusión: Un Nuevo Capítulo para la Movilidad Urbana de Antananarivo
El proyecto del teleférico urbano de Antananarivo, con su Línea Verde entre Anosy y Ankatsoa, marca un hito en la modernización del transporte de la capital. Nacido de la necesidad de aliviar la congestión y mejorar la calidad de vida de sus habitantes, el proyecto es fruto de la visión del presidente Rajoelina y de la colaboración internacional y financiera con Francia.
Aunque la inauguración de junio de 2024 supuso un avance decisivo, persisten desafíos, sobre todo en materia de asequibilidad. Las medidas de subsidio reflejan la voluntad de ampliar la accesibilidad y garantizar que todos puedan beneficiarse del nuevo sistema.
De cara al lanzamiento público en 2025, este teleférico promete transformar la movilidad, reducir tiempos de desplazamiento y contribuir a una ciudad más sostenible. Más allá de un simple medio de transporte, simboliza el compromiso de Madagascar con el progreso y su aspiración de elevarse hacia un futuro más ágil y prometedor.